Opinión
¡Yeeeh, quedé segundo!

Ir detrás del ganador no necesariamente implica una derrota (para algunos).
En el segundo lugar está puesta toda la expectativa y la emoción de esta campaña municipal. Para Susana Villarán, quien hasta hace una semana todavía se encontraba en esa posición, perder Lima siempre será una derrota política importante, mucho peor que para el resto pues postulaba a la reelección. Y si además la pérdida es por mayoría apabullante, un segundo lugar no le significaría ningún reconocimiento. Así, carece de asidero en el análisis político la interpretación según la cual un segundo puesto de Villarán en Lima constituiría el trampolín para su candidatura presidencial por una izquierda que ni siquiera figura en la cédula de sufragio.
Otro sería el cantar para Enrique Cornejo, cuya candidatura, luego del debate del último domingo, ha estado en boca de todos. Terminar segundo, con el porcentaje que sea, resultaría para Cornejo -quien empezó con 1%- una victoria política de polendas. Un triunfo personal, principalmente, habiendo corrido solo y sin mucho compromiso por parte de la dirigencia aprista; y también partidario, pues le brinda al Apra la inesperada posibilidad de convertirse en la segunda fuerza política de la capital de la República. Un hecho que obviamente sabrá capitalizar quien postule a la presidencia el 2016, cuando, ahí sí, segundos puestos importen un comino.
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