La oposición ha asumido la responsabilidad de conducir políticamente un país en crisis sostenida.
Aunque muchas veces decepciona, con la delegación de facultades el Legislativo ha hecho valer su peso en la democracia.
Por su ingenuidad política, cada iniciativa suya termina siendo una derrota para el régimen.
Pugna por Mesa Directiva del Congreso puede definir año electoral.
La bancada nacionalista y el Ejecutivo vuelven a avivar la interminable crispación política del país.
No tiene talento pero es buenamoza.
Lo urgente para el país son las facultades delegadas, antes que el desafuero de un congresista.
Dada su habilidad en temas administrativos, una investigación rigurosa al congresista José Luna será una prueba de fuego para sus colegas.
Ni el propio gobierno se cree la amenaza.
Usa a sus incondicionales para decir lo que él desea, aunque luego les enmienda la plana.