Ministro de Economía opta por el tacle político al finalizar su fracasada gestión.
Es bueno para el país —a pesar del propio Humala— que triunfe el civismo político.
Con la no reelección de presidentes regionales y alcaldes, el Congreso no hace historia, solo responde a la histeria.
De cómo el manejo de un escándalo político allá nos parece de ciencia ficción acá.
Comer en Lima se ha convertido en turismo de aventura.
No solo ha despedido a trabajadores de Villarán sino también a los de Andrade y Belmont.