Opinión
Los nuevos brujos

No verán una película de terror sino un episodio de la vida real cuando observen a 850 políticos izquierdistas provenientes de América, Europa, Asia y África, reunidos en Caracas para participar en el 25 aniversario del Foro de São Paulo.
No verán una película de terror sino un episodio de la vida real cuando observen a 850 políticos izquierdistas provenientes de América, Europa, Asia y África reunidos en Caracas para participar en el 25 aniversario del Foro de São Paulo, organismo político dependiente del Partido de los Trabajadores de Brasil.
Esta vez el evento que reúne a movimientos de izquierda no será financiado por Odebrecht y empresas constructoras de ese país, como ocurría en el pasado gracias a los buenos oficios de los exmandatarios Lula y Dilma. Ahora serán el dictador Maduro y sus amigos quienes costeen pasajes, hoteles, almuerzos, cócteles y atenciones a personajes que respaldan al gobierno chavista, al tirano Daniel Ortega, que exigen la libertad de Lula y el retiro de sanciones económicas a Cuba.
Es decir, la deplorable convocatoria es para aplaudir a un gobierno causante de una catástrofe humanitaria que ha provocado el éxodo de cinco millones de personas, centenares de asesinatos, torturas y encarcelamiento de opositores, fraudes electorales, atentados contra la libertad de prensa, cortes de luz y agua, desabastecimiento de medicinas, hambruna y una inflación de 10 millones para este año, más una caída del PBI del 25% según indicadores de organismos multilaterales de crédito. Precisamente por algunos de esos hechos, calificados como crímenes de lesa humanidad, los chavistas han sido denunciados ante la Corte Penal Internacional.
Además, por supuesto, la barra brava de la izquierda también se reúne para demoler el contundente informe de la alta comisionada de las Naciones Unidas para los derechos humanos, Michelle Bachelet; para lanzar improperios a la OEA, al Grupo de Lima y a la comunidad europea, todos –según descocados participantes al evento– marionetas del imperialismo yanqui. El evento recuerda aquelarres de brujos o sectas satánicas que se reunían para realizar rituales o hechizos malignos, pero esta vez lo hacen con fines políticos, para festejar el desastre que han provocado en América Latina.
Y algo más. En el Foro de São Paulo –creado en 1990 para aglutinar a la izquierda después del fracaso de la revolución cubana (90% de pobres luego de seis décadas en el poder) y de la caída del Muro de Berlín ( con la consiguiente disolución de la Unión Soviética)– fue donde se diseñó el más devastador sistema de corrupción regional, que condujo a la cárcel a su arquitecto, Luis Inácio Lula da Silva.
Ahí estarán, sin embargo, los 850 invitados alegres y gastando los pocos fondos de los que dispone el Estado venezolano: fondos que muy bien podrían haber salvado la vida a 25 mil niños venezolanos, menores de un año de edad, que fallecieron por falta de atención e insumos médicos en los años 2017 y 2018.
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