Opinión
El mismo libreto

Un Cristo y una Virgen lloran... oportunamente.
En los últimos días, los peruanos hemos sido testigos de una serie de denuncias sociales, políticas y económicas que no dejan de sorprender, mientras que el gobierno no ha tenido capacidad de respuesta ante ellas. De pronto, en el hospital Belén de Trujillo aparece un Cristo Crucificado que llora y vemos imágenes de gente orando, pidiendo milagros y asegurando haber visto caer las lágrimas.
Algo parecido ocurrió hace dos décadas, durante el gobierno fujimorista. Cuando el entonces superasesor Vladimiro Montesinos era denunciado por la oposición y algunos medios de comunicación –dos o tres- por haber cometido graves irregularidades; el llanto de una virgen de yeso en el distrito chalaco de Carmen de la Legua acaparó titulares.
En un Perú donde un gran número de habitantes es católico, la fe vuelve a ser utilizada como maniobra distractiva para capear el temporal de denuncias que afronta el gobierno actual. ¿Coincidencias? ¿Es que hay personajes que siguen los métodos montesinistas? ¿O acaso el superasesor sigue operando desde su prisión? El tiempo o las investigaciones periodísticas lo dirán.
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