Opinión
Coronavirus, no más experimentos

El régimen no nos salvará paternalistamente del coronavirus: debe informarnos con la verdad, auxiliarnos y escuchar al personal médico
Hasta que Farid Matuk, integrante del Comando de Operaciones COVID-19 (vaya nombre pomposo y militar), atinó a reconocer que se equivocó imponiéndonos días femeninos y masculinos para comprar. El funcionario afirmó algo desopilante: “la lucha contra el patriarcado se debió postergar para después de la pandemia”. Seguramente lanzó esta ilusa e ignorante propuesta con buena fe. Pero, sorprendentemente, se aplicó como si fuéramos manadas y pese a las críticas sustentadas tuvimos que esperar la autocrítica de Matuk para levantar esa estupidez.
Se debió separarlo del tal Comando de inmediato y el mandatario, junto con su ministro de Salud, médico epidemiólogo, asumir su tremenda responsabilidad. Muchas mujeres estuvieron horas sentadas en el piso, probablemente había escupitajos, heces y orina de animales, promoviéndose el contagio del coronavirus. Cero distanciamiento social.
Encima nos dicen que no compremos tanto. Como si salir fuera un gustito que nos damos. Vizcarra y su ministro médico no entienden que nadie sale por vacilar. Estamos afligidos, consternados, con un futuro tan incierto como el hoyo más negro. Las personas, principalmente los pobres, tienen angustia de no poder alimentar a su familia. Luego viene la preocupación por el coronavirus. El día a día del estómago y el bolsillo mandan.
Que Vizcarra y el Ejecutivo repitan como mantra “quédate en casa” es lo adecuado. Pero la realidad de un país con 70% de informalidad como el nuestro no procesará esa recomendación con éxito. A diario, la televisión acompaña a la Policía para cazar la quienes incumplen el toque de queda. Los efectivos se enfrentan cuerpo a cuerpo con los infractores, saliva y sudores van y vienen, terminando en la comisaría.
La Policía tiene muchos infectados con coronavirus. Obvio. Sería más útil una campaña bien hecha en medios explicando las conductas necesarias de la población. Solo hay ‘spots’ espaciados, hechos por cada quien. Multar económicamente, afectando el uso del DNI, es una alternativa también.
Pero la acción más importante, la fundamental, es la aplicación masiva de pruebas moleculares (PCR), comprobadamente exitosas. Invertir dinero ahí para poder cercar al virus, impidiendo el contagio. Nos dicen que no hay dónde comprar, vaya excusa. Se desoye a los médicos que opinan con ciencia. El aislamiento social sin pruebas PCR no sirve Pero el gobierno se dedicó a las pruebas rápidas serológicas, que no son útiles para arrinconar al COVID-19.
La compra de respiradores y de mascarillas tampoco se concreta. Repartir alcohol intensivamente en mercados –ocurre en los supermercados– ayudaría. O dedicar el domingo solo para cobro de bonos, indicando por Internet la lista correspondiente. Igualmente publicar el reglamento del apoyo financiero a las empresas.
El régimen no nos salvará paternalistamente del coronavirus. Debe informarnos con la verdad, auxiliarnos y escuchar al personal médico. No es una guerra militar sino una pandemia que aún no podemos derrotar.
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