Confío en él

Soy opositor al gobierno y creo que en estos años ha cometido muchos desaciertos. Sin embargo, en política no todo es blanco y negro.

Quizás mi opinión pueda generar críticas, pero creo que la selección de Pedro Cateriano es acertada. El nuevo primer ministro vivió el cierre del Congreso en 1992 y pienso que aprendió de las debilidades de nuestra democracia en formación. También opino que, por su trayectoria, jamás se envolvería en una maniobra que quiebre el ordenamiento constitucional o lo ponga en peligro.

Este es un gabinete de transición —aunque aún falte más de un año—; el gobierno ha provocado que sea así. Por tanto, resulta prioritario asegurar la institucionalidad democrática, más todavía con un presidente muchas veces impredecible.

Claro que Cateriano tiene un estilo aguerrido que no comparto, pero cada quien juega su propio rol. A partir de hoy tendrá que ser más concertador y dialogante, y entender —sobre todo—  esa coyuntura política de transición. En el país existe otra correlación de fuerzas y merece tanto respeto como el mandato que el pueblo dio a Humala el 2011.

Cateriano es un político con experiencia, con una buena formación jurídica en la PUCP y, además —tengo que decirlo dada mi admiración por los jesuitas—, egresado de la Inmaculada. Siento que, de todos los candidatos sobre los que se especulaba, es el que más experiencia política tiene. Si pone esta en práctica, así como sus conocimientos sobre política y derecho constitucional, arribaremos a buen puerto.

Se trata, en fin, de que los errores del gobierno, siempre tan desconcertantes, no impidan que se finalice el periodo constitucional y se entregue el mando al nuevo presidente. Probablemente sea alguien que no sea de la simpatía de Cateriano, mas será entonces cuando pondrá a prueba y demostrará su condición de político demócrata. Confío en él.