¿Acuña es “caballo de Troya”?

Las últimas contrataciones de Anel Townsend y Luis Favre a las filas de Alianza para el Progreso para encargarse de la operación política de la campaña de César Acuña dejan claro que el exgobernador quiere la presidencia a toda costa, pasando por encima de lo que sea.

Lejos de posicionarse en un segmento de representatividad de una derecha popular emergente, Acuña parece optar por el facilismo de la manipulación de masas detrás de “rostros amables” propia de la izquierda caviar. De hecho, está fresca la identificación de estos dos personajes con alguien tan controversial —y de tan lamentable recordación— como Susana Villarán.

Pero asoma otra arista peligrosa. Townsend estuvo recientemente muy vinculada a Perú Posible y Favre al entorno de Humala, ambos enemigos jurados del fujimorismo y el aprismo. Surge entonces la natural pregunta: ¿estarán utilizando a Acuña y a APP como caballo de Troya para bloquear el acceso de dichas fuerzas al poder y así esquivar las investigaciones pendientes sobre Alejandro Toledo y Ollanta Humala, que serían inevitables en un Congreso con predominio aprofujimorista?

Dicho de otra manera —y esto quedará claro cuando se conozcan las listas al Congreso—: ¿están jugando a confinar al trasto de basura los espinosos temas pendientes de Ecoteva y las agendas? No es casualidad que varios nacionalistas también se sumen a su proyecto. A Acuña parece que no le importa ganarse la chapa de progobiernista y lavandero de imagen. ¿Será conveniente para él? Debería pensar bien si le convienen personajes como los que acaba de contratar y atraer.